Odiseas (1)

Con esto de la independencia, he ido observando que, en general, el ciudadano de a pie tiene que batirse en duelo con las grandes multinacionales para conseguir pequeños logros que a esas empresas les importan realmente una mierda. Aunque en este mes y poco ya me las he visto con IKEA, Saturn y Telefónica, hoy voy a comentar el pequeño «incidente» (que ríase usted del famoso incidente de LOST que tan alucinados nos dejó en su día) que tuve la semana pasada con Telefónica.

Sábado 13 de febrero. Sobre las 11.30 de la mañana. Me levanté un poco antes, miré el mail y alguna página más, me duché, desayuné, coloqué algunas cosillas en el piso y a eso de las 11.30 vuelvo a mirar el ordenador. No hay internet. Reinicio el ordenador. Nada. Reinicio el router. Nada. Mientras me duchaba había oído unos ruidos en la escalera, como si hubiese alguien trabajando en el edificio, pero no presté demasiada atención y mi mente vuelve a unos días atrás cuando supe que mis vecinos querían cambiarse de compañía de teléfono e internet. Mmmm no va a ser que… Lo dejo pasar y pienso que será una avería general o algo así de esas que tenemos de vez en cuando. A las 12.30 me llaman al móvil y mi madre me pregunta que dónde estoy que lleva un rato llamando al fijo, que descuelgo y no da señal. Así comienzan una odisea.

12.34: Primera llamada al 1002. Cuento el problema. Un técnico se pondrá en contacto conmigo. Se ve que le caí mal y no llamó. Je.

Domingo sobre las 18.00h. Segunda llamada al 1002. Misma respuesta que el sábado.

Lunes sobre las 13.00h. Tercera llamada. Tras comprobar que mis vecinos tienen línea de teléfono y ADSL nuevos, comento que la avería es en el interior del edificio (el fiera que les puso la línea unió su línea con mi cableado ¬¬). Me dicen, otra vez, que me llamará un técnico.

Lunes sobre las 18.00h. Cuarta llamada. Me atiende un «tipo majo» sin muchas ganas de trabajar que no es capaz de responder a mis preguntas sin subir el volumen de voz.  Pese a que podría sacar mi voz de profesor cabreado, le contesto firmemente y él se encrespa. Le cuelgo y llamo al 1004 para ponerle una queja.

Martes 16 de febrero. Festivo. Martes de Carnaval. Ni me planteo llamar. Porque sé que los técnicos no se van a pasar por mi piso a mirar nada.

Miércoles 17. Se va la luz en toda la isla. Yupi. Pese a todo, por la mañana llamé antes de que se fuese la luz y me dieron, una vez más, la misma respuesta.

Jueves 18. Una amable señora sevillana me llama para decirme que compruebe que la avería está solucionada. Le digo que deje de flipar y que mande a un técnico al piso de una vez. La mujer se queda un poco en shock porque su informe decía que estaba todo solucionado.

Viernes 19. En medio de una clase, noto que el bolsillo de mi chaqueta empieza a vibrar y veo que el número es similar al del servicio técnico que me instaló la línea, así que cojo el móvil y concierto una cita para las 16.00h.Finalmente, tras 30 minutos echando un vistazo y empalmando un par de cables, vuelvo a tener teléfono e internet.

Y digo yo: ¿Hacía falta esperar una semana para enviar a un técnico a solucionar la avería?

Obsesiones actuales

Últimamente ando bastante ocioso debido a las vacaciones de Carnaval, que se han alargado un día más debido a la tormenta de estos dos últimos días, y he estado bastante perro en casa, viendo series, leyendo cómics y uniéndome a grupos de señoras y velocirraptores en el Facebook.

Como no hay gran cosa que hacer cuando diluvia en el exterior y el viento podría llevarte de un lado a otro de la isla sin dificultades, estuve reflexionando sobre algunas cosas con las que ando obsesionado estos días.

1. Glee. Llevo oyendo hablar de esta serie casi desde el día que se estrenó. Obviamente me iba a gustar, ya que los musicales me apasionan y la música coral es uno de mis hobbies ocultos jujuju. Empecé a verla el martes, día de mi cumpleaños, y me gustó mucho. Muchísimo. A ver si se van descargando ya los siguientes episodios para continuar su visionado. Como me suele pasar con las series, odio a los protagonistas (el profesor y la alumna Rachel, en concreto) y adoro a los secundarios (Mercedes es dios y Emma su profeta).

Un vídeo de Mercedes versionando una de las canciones más versionadas de los últimos años: I Am Telling You I’m Not Going, interpretada por Jennifer Hudson en el musical Dreamgirls.

2. She’s out of my life, de Michael Jackson. Una de sus mejores canciones. Ni se movía ni bailaba al cantarla. Y aun así es de las que hacen que te quedes tocado al oirla.

3. El Capitán América. Quiero saber ya de qué va eso de Reborn.

4. El Reino Oscuro. M-E-M-O-L-A-M-U-C-H-O. Y punto. Ando más feliz que nada comprando Marvel últimamente.

Podría decir más, pero me tengo que ir ya a la cama, que mañana ya tengo que volver a trabajar.

Propósito

Escribo esto un día después de cumplir 28 años. Día de reflexión: la lluvia y, sobre todo, el viento huracanado que azota Canarias en estos momentos, no dejan hacer mucho más. Ni siquiera me deja ir a mi recién estrenado piso (de alquiler) y estoy aquí encerrado en casa de mis padres. En estos años que he mantenido el blog siempre he tenido una constante: «Me apetece escribir sobre esto, pero no tengo tiempo». Sin embargo, me apetece quitarle las telarañas al blog y creo que va siendo hora de que le empiece a dedicar algún tiempo extra. Así que, si no pasa nada (como que me canse antes de empezar je), empezaré a  publicar por aquí de vez en cuando.