Hace un tiempo que vengo dándole vueltas a una impresión que tengo y que voy a exponer ahora un poco para que me sirva de desahogo y un poco para comprobar, si alguien se anima a contestar, cuánto hay de cierto en lo que yo pienso. La cuestión es que he llegado a la conclusión de que hay cierta adicción a los blogs entre algunos «frikis». Ojo, una adicción sana, pero adicción al fin y al cabo. No es que tenga intención de tirar a dar, pero, vamos, que cada vez más estoy convencido de que el sentido de tener una bitácora en internet en la que hablar sobre lo que te dé la gana está desvirtuado en algunos sectores de la blogosfera comiquera.
Empecemos por el principio: ¿para qué sirve un blog? Para escribir sobre lo que quieras, para poner imágenes, para hablar de ti, para comentar cosas de actualidad o más pasadas que Maruja Díaz, para enlazar páginas, foros y blogs que visites (tus propios «favoritos» o «marcadores»)… y, sobre todo, sirve para que, mediante el feedback (traduzcámoslo muy literalmente para que se llegue mejor a donde yo quiero: retroalimentación) que originan los comentarios tu opinión sea reafirmada o debatida por aquellos que, por alguna razón, llegan hasta tu blog, leen tu entrada y escriben en los comentarios porque tienen interés, porque les caes bien o porque piensan que estás equivocado, etc. Vamos, que un blog tiene que tener, o eso pienso yo, un factor fundamental de retroalimentación para que provoque un enriquecimiento tanto en quien escribe como en quien lee.
Por ello, en principio no sería necesario que lo que se escribiera fuera interesante (si lo es, pues mejor, pero da lo mismo). Bastaría con que lo que escribieses estuviera en sintonía con quien te suele leer o con que pase alguien por ahí a quien le guste (una de las cosas buenas de internet: está a unos cuantos clicks de casi cualquier persona en el mundo). Y, por eso, no suelo dar mi opinión de determinados blogs comiqueros que me parecen completamente insustanciales, porque al igual que yo lo encuentro así, hay otras personas que no lo hacen. Cada uno hace lo que quiere y yo no soy nadie para decirle a otros lo que deben hacer ni tampoco tengo que opinar en público de lo que los demás hacen con su bitácora.
Sin embargo, sí que desde hace ya unos cuantos meses me he ido fijando en que hay cierto… egocentrismo… en los blogs. Vale, un blog es, por definición, egocéntrico, pero quiero decir que va un poco más allá. Llevo un tiempo en esto (pronto hará 2 años) y creo que hay un problema muy grave: la gente pasa de los comentarios. Y también se da el hecho de que el autor del blog no deja indirectamente que se le comente. Me explico. He notado que hay bloggers que, por costumbre, no comentan nada cuando sus «lectores» les dejan comentarios. Personalmente, considero eso una falta de respeto enorme. Y también me da la sensación de que lo que se busca no es un enriquecimiento, sino montarte un círculo de groupies que te digan «cómo molas». Vamos, no necesito a nadie que me suba la moral ni tampoco tengo intención de pelotear a nadie. Así que, poco a poco, he ido dejando de hacer comentarios en determinados blogs que, por sistema (alguna vez se te puede pasar, a mí me pasa ^_^’), se olvidan de que, cuando dejas un comentario, por lo menos te has molestado en leer lo que se ha escrito, mientras que, al no responderte, no sabes si el blogger de turno lo ha hecho o no. También hay gente que sólo te contesta en tu blog si tú les comentas en su blog, pero esos niveles de patio de colegio prefiero no tocarlos…
También decía que, a veces, los bloggers, indirectamente, impiden que sus habituales colaboren todo lo que podrían. El caso más claro es el de blogs que publican 3, 4, 5, 6 o más veces al día (sin tratarse de un blog colectivo, ojo). Lo mismo es cosa mía, pero más de una vez me he abstenido de comentar algo porque no estaba seguro de si se iba a leer porque había ya 4 ó 5 entradas por encima. Personalmente, ese gran número de entradas siempre me ha parecido un claro síntoma del síndrome «quiero visitas gracias a salir mucho en Tebelogs», lo cual no entiendo, porque ¿de qué sirve tener una media de 200 visitantes (por ejemplo), si no consigues que postee ni la duodécima parte? Vamos, que a menos que tengas el Ad-Sense (algo que me molesta mucho, por cierto), no creo que pueda servir para gran cosa y a mí me transmite una imagen bastante infantil del blogger que lo hace porque lo interpreto como un llamamiento de atención muy cutre.
Voy a ir acortando, que una de las primeras normas de internet es «no te enrolles, que seguro que hay alguien que dice lo mismo que tú con menos palabras y la gente no está por la labor de perder el tiempo leyendo parrafadas» 😛 Y yo cuando me suelto, no paro de escribir…
Todo esto, más hechos como la excesiva importancia que se da a los blogs, en detrimento de, por ejemplo, los foros, que algunos están muriendo a velocidad de infarto, o algunas webs ([INCISO]: Me parece increíble que aún hoy haya gente que no sepa que Universo Marvel es más que un blog de noticias, lo digo por los lamentables comentarios de gente desinformada cuando Darkseid pidió ayuda económica para mantener la web a flote tras recientes problemillas), me lleva a pensar que hay cierta adicción a los blogs. A leerlos (que no comentarlos, por desgracia) y a escribirlos buscando… no sé… lo que sea que encuentren.
Generalmente, huyo un poco de todas las polémicas que se originan acerca de la blogosfera porque, entre otras cosas, nadie hasta ahora me ha planteado cosas que yo no hubiera pensado o sospechado o imaginado antes y porque no tengo afán por hacerme escuchar, que me gusta estar bastante escondidito, como buen observador (una frase que digo mucho es «que no hable, no quiere decir que no piense»). Hay que ir por la vida teniendo una visión crítica de las cosas, pero tampoco hay que estar todo el tiempo volviendo sobre ellas… Sin embargo, como llevo un tiempo dándole vueltas a todo esto y, a veces, me parece que me estoy emparanoiando, pues expongo lo que pienso. La «guerra de las visitas», el «efecto Tebelogs», el «Aponscalipsis», las «Civil Blogs»… todo esto viene, creo, de esta especie de egocentrismo adictivo que originan varias cosas:
1. Que los blogs están de moda (y los de cómics más)
2. Que cualquiera puede hacerse un blog y decir lo que quiera en él
3. Que se valora más lo que uno hace, que la opinión de los demás
4. Que hay pies que ya no están en el suelo
5. Que hay gente que pocas veces en su vida ha sido más «popular» que con su blog
¿Alguna opinión? ¿Me voy tomando la pastilla para lo mío? XD