Séptimo aniversario y duda existencial

Hace ya siete años que creé este blog. Tal día como hoy en el año 2004 empecé a trastear con blogger hasta que construí el primigenio «Graymalkin Lane». Fue un hecho puntual y bastante poco pensado que acabó dándome muchas alegrías: +QC, la Hemeroteca X-Men, colaboraciones en muchos otros blogs y páginas de información sobre cómic… y, sobre todo, la posibilidad de embarcarme en el proyecto friki más grande jamás pensado y que, por el momento, sigue adelante, pero poco a poco.

Como cualquier lector o seguidor del blog se habrá dado cuenta, de un tiempo a esta parte mi participación en la blogosfera ha sido prácticamente nula. Alguna actualización aquí y en la Hemeroteca X-Men durante el verano y poco más. Y en los meses anteriores fue algo parecido. Quiero dar alguna explicación y, además, quiero consultar algo, porque en estos momentos estoy a punto de tomar una decisión bastante complicada en mi vida que no sé hasta qué punto debo tomar.

Cuando comencé con el blog, estaba en mi último curso de mi primera carrera. Una carrera que, como ya sabía cuando comencé a estudiarla, sus escasas salidas laborales estaban encaminadas hacia la docencia. Principalmente secundaria. Al acabarla, comencé como becario en un colegio y eso me llevó a decidirme, un año después de haber terminado la carrera, a complicarme la vida estudiando magisterio. Había descubierto mi vocación y, aunque fue difícil tomar esa decisión y llevarla a cabo (volver a estudiar 3 años más… y ya no era un crío), tenía claro qué es lo que quería hacer con mi vida. A día de hoy, sigo determinado a ejercer como maestro porque no sólo es lo que mejor sé hacer, sino porque es una profesión que, pese a los mil y un sinsabores que da, me llena y me hace feliz.

Al acabar magisterio, empecé a trabajar en un colegio concertado, ya antes lo había hecho en un instituto público, y, aunque la experiencia fue satisfactoria, los dos años que pasé allí fueron muy duros. Básicamente, he sobrevivido a un nuevo tipo de dictadura que creía abolida. Se acabaron los dos años de contrato y muchísimos profesores del centro nos fuimos al paro porque ya no éramos rentables al no proporcionar ayudas económicas por ser empleados tras más de dos años.  Tampoco lo echo de menos, realmente. Como ya he dicho, allí trabajé bien con mis alumnos, pero no era el lugar en el que me hubiera gustado quedarme toda la vida porque no soy de los que lleva bien que se impongan las cosas sin razón alguna.

Durante el último año allí empecé a prepararme las oposiciones para Primaria. Fue duro compaginar el estudio, el trabajo en materiales, programación y unidades didácticas con el descomunal número de horas que hacíamos allí (siempre más de las que supuestamente teníamos que hacer). Pero, poco a poco, con trabajo diario y mucho sacrificio, logré avanzar. Sin embargo, Canarias anuló la oferta de empleo pública (convocó 52 plazas de mierda para TODAS las especialidades escudándose en la Ley de Presupuestos, aunque, en realidad, ya se sabía de antemano que la intención no era convocar). Decidí presentarme en otra comunidad. Me decanté por Madrid porque allí tengo buenos amigos y conozco la ciudad, aunque no tanto la Comunidad y era donde más plazas había convocadas.

Por diversas razones, las opos de Madrid se retrasaron (siempre se convocan en junio-julio para que los profesores se incorporen en septiembre) y, tras medio año de incertidumbre, se van a celebrar el día 26 de noviembre (para incorporar a los nuevos profesores funcionarios tras Navidad). Realmente, me veo con posibilidades en Madrid por bastantes cosas. Y he estado varios meses luchando contra viento y marea y estudiando como un jabato (y aburriendo a mis seguidores de Twitter con mis desventuras bibliotecarias) para presentarme y obtener plaza. Sin embargo… ya no tengo ganas. Desde que comenzó octubre, estoy muy desmotivado. No me apetece dejar mi familia, mi piso (de alquiler), a mis amigos de aquí, mudarme otra vez (me vine al piso hace apenas 2 años) e irme a vivir a una ciudad en la que con un sueldo de maestro no se vive mal… pero tampoco bien.

Voy a presentarme al examen, eliminatorio, más que nada para entrar en las listas de interinos, ya que las de mi comunidad siguen sin abrirse desde hace casi 4 años. Así al menos, tendría trabajo esperando en Madrid el año que viene si aquí no encontrase. Pero realmente no sé si hacer el examen e ir a por todas o, por el contrario, «boicotearme» a mí mismo. Parece una decisión estúpida. Pero el 20N el PP saldrá elegido en el gobierno y, como cada vez que entra, las oposiciones se congelarán unos años. Y tal vez sea la última oportunidad en bastante tiempo de afianzar mi situación laboral. Además, llevo 15 meses ya de duro esfuerzo y no sé si me está afectando el cansancio (al que se suma también el hecho de estar sustituyendo en un muy buen colegio, nada que ver con el anterior, en el que hay alguna posibilidad bastante real para quedarme una buena temporada). Llevar tanto tiempo con apenas vida social, sin poder disfrutar de mis hobbies, dejando apartados proyectos que me llenan… es lo más duro que he hecho. Y, además, mi salud se ha visto resentida (en parte también por el accidente que tuve hace un año) y ahora estoy volviendo a retomar las riendas de mi vida en ese aspecto.

Así que, tras contar mis penas, mi pregunta es: ¿Voy a por todas en Madrid o me la juego decidiendo quedarme aquí?

Se agradecen opiniones y consejos ^^’