Cuando Warren Ellis y Bryan Hitch dieron un golpe de mesa en las páginas de la serie StormWatch y, tras una magnífica remodelación paulatina de la misma, la transformaron en The Authority, sentaron las bases para que cualquier equipo artístico que viniese después realizase historias de gran carga épica con los personajes. Por esta razón, cuando se anunció que Grant Morrison y Gene Ha se hacían cargo de la serie hubo muchas reacciones de júbilo, la mía incluida, que finalmente se tornarían en suspiros de decepción al comprobar que apenas duraron dos números y que el proyecto parecía cancelado. Era una lástima porque, tras la etapa de Robbie Morrison y la posterior estancia de Ed Brubaker al guión, se hacía más que evidente que The Authority necesitaba un revulsivo que la sacara del ostracismo en la que se encontraba y Grant Morrison parecía el indicado. No fue hasta varios años después cuando WildStorm anunció que Keith Giffen continuaría lo empezado por el escocés más irreverente de los cómics (sí, no tengo en cuenta a Mark Millar). Giffen y Morrison hablaron por teléfono y la historia continuó en la misma línea, con los personajes atrapados en un mundo alternativo tras una avería de El Transporte, el misterioso y desconocido cuartel general/arma del equipo.
El año perdido, como se rebautizó a la serie (ahora serie limitada), resulta bastante decepcionante en su ejecución, aunque hay momentos que valen la pena y hacen que, en conjunto, la obra mejore y no resulte un despropósito. Tomando la idea que Morrison plantea sobre el mal funcionamiento de El Transporte, Giffen se centra en desarrollar la psicología del equipo, tanto de cada uno de los componentes, como del grupo en conjunto, a través del contraste que va presentando con las versiones alternativas de The Authority con las que conviven en cada uno de los mundos que visitan. La visión de estas versiones tan distintas de sí mismos creará algunas crisis en personajes como Apollo, Engineer o Jack Hawksmoor, que serán resueltas a lo largo de la miniserie. Esto recuerda un poco al trabajo de Giffen en la JLA/JLE/JLI de DC, paralelismo que se explota en uno de los momentos álgidos de la obra, la saga que realiza con J.M. DeMatteis (su compañero en la famosa etapa de la Liga) que es un claro homenaje a su trabajo previo y es quizás donde más humor encontramos y donde más interés se despierta en el lector. También la última saga es muy potente y nos deja varias imágenes y reflexiones para el recuerdo.
En resumen, The Authority: El año perdido es una obra peculiar, que parte de la idea de un escritor pero que el desarrollo de otro guionista termina por dotar de cierta entidad, aunque el resultado esté muy alejado de los grandes trabajos de ambos. A este resultado contribuye la ingente cantidad de dibujantes, demasiados para únicamente doce episodios, lo que resta estabilidad al conjunto. También hay que señalar que la edición de ECC es algo cara, como casi todos sus tomos, pero es efectiva y no quedará mal en tu estantería.