Punk Rock Jesus de Sean Murphy

Comienzo a comentar algunas de las lecturas veraniegas sobre las que me apetecía escribir un poco más en profundidad. He leído muchas obras durante los últimos meses y algunas merecen una entrada individual por ser especialmente memorables.

Punk Rock Jesus

Punk Rock Jesus es una obra redonda y lo es porque surge de una larga reflexión y reinvención por parte de Sean Murphy, a quien se le ocurrió la idea tras una crisis vital en la que sus creencias, sus valores y su fe se vieron totalmente afectados. Tras asentarse en el ateísmo, Murphy le dio muchas vueltas a esta historia hasta dar con la vía y la trama más acertadas para presentarnos a Chris, el protagonista del reality show más polémico de la historia: J2, en el que el protagonista será un clon de Jesucristo (cuyo ADN ha sido extraído del Santo Sudario) nacido de Gwen, una joven virgen que ha pasado un duro casting y un combinado de cirugía estética para hacerla más apetecible para el gran público.

Con esta premisa, Punk Rock Jesus va construyendo una gran sátira de nuestra sociedad en la que muy pocos salen bien parados. Para empezar, la crítica más obvia es a la televisión porque es un arma de manipulación masiva de la que nadie se salva y que fomenta la ignorancia, la incultura y el fanatismo más beligerante. Representados por el productor Rick Slate, la gente de este mundillo queda retratada como personas sin escrúpulos, a quienes la verdad no les importa, cuya única motivación es el dinero y que están dispuestos a lo que sea mientras puedan seguir lucrándose. Qué genialidad es ese momento en el que le pide a la doctora Epstein que manipule la genética del bebé para que parezca más guapo y americano. O, también, cómo engaña al público con los falsos milagros realizados por Chris. Al mismo tiempo, la crítica más sangrante se hace hacia los extremismos religiosos, representados tanto por los mismos de siempre como por el grupo cristiano «Nuevos Cristianos Americanos», un grupo de ultra derecha muy en la línea del Tea Party que hará todo lo posible para que Chris, el protagonista de J2, desaparezca de la faz de la Tierra, aunque sus métodos probablemente se puedan calificar de todo menos de «cristianos».

A medida que avanza la historia, otras críticas van ganando peso, como la que se hace a la manipulación que las grandes corporaciones realizan para seguir en su aventajada posición de poder y saciar su codicia económica o la de convertir a la ciencia en un recurso más para los adinerados, puesto que la única manera de conseguir resultados es a través de una gran inversión que sólo se puede conseguir por medios privados. La doctora Epstein es la representante de esta crítica y no se salva de su cinismo ni cuando rescata a la gemela de Chris ni cuando da a conocer su plan al final de la historia, puesto que un fin tan noble como el suyo no parece justificar su papel en J2.  Junto a estas feroces sátiras, también se produce una contra los movimientos antisistema, representados en Chris y su inocente ateísmo punk inspirado por Thomas McKael alias «El Cementerio», su guardaespaldas en el proyecto J2 y antiguo terrorista del IRA. Por cierto, que es McKael el personaje más carismático de la obra y sobre el que más apetece leer una vez acabada la historia.

punk rock Jesus

Pero no sólo la sátira social es lo más llamativo en esta historia, sino que el ritmo y la caracterización de los personajes son soberbios. Destaca especialmente cómo Murphy relata la historia homenajeando el Nuevo Testamento, es decir, profundizando mucho en la concepción, el nacimiento y los primeros días de Chris y luego saltando a momentos puntuales de la infancia que darán pie a las vicisitudes anarquistas, rebeldes y ateas del adulto mesías. Del dibujo, poco hay que decir. Sean Murphy es un crack y el blanco y negro de la historia favorece mucho a la obra en conjunto, siendo la puntilla para redondear totalmente a Punk Rock Jesus, que es, sin lugar a dudas, una de esas obras que todo lector debe tener.

Autor: IvánN

iBamf! Mutante con el poder de acumular cómics por encima de mis posibilidades

Deja un comentario